Sigüés

Hablando con José Ignacio de Pajares, me cuenta que la primera merienda de Santa Águeda se habría celebrado de la mano de Ángeles de Antonino. Junto a ella recuerda a Florencia de Vitorián, Josefina de Melero, Carmen de Ricardo... y poco a poco si irían sumando a la merienda de chocolate y torta otras mujeres ya de cierta edad como Plácida, Carmen de Calistro, Elvira de Sánchez, Inés de López, Tere de Lucas, Nati de la Chesa... Seguro que no faltaba tampoco Upe de Regalao.

La merienda iba creciendo en mujeres que se sumaban a ella y es en ese momento cuando José Ignacio les ofreció el bar para que pudiesen juntarse de una manera más cómoda sin renunciar al chocolate y a la torta que aportaba Fermín, el panadero de Salvatierra.

Y Santa Águeda todavía iba a dar un salto más en Sigüés: todas las mujeres de todas las edades se iban a reunir para cenar por todo lo alto en el bar Pajares, disfrutanto de la excelente cocina de José Ignacio.

Ante el auge de la cena, que tiene una participación masiva, los hombres se refugian esa noche en el recinto de la escuela y picotean algo hasta que las mujeres terminan de cenar y se permite su entrada en el bar.