Cruel adiós al gran chaparro de la Casqueta

Es inútil buscarlo, porque ya no está. La orden debió ser clara: "que no quede nada sobre la Casqueta". Y a quien la ejecutó no le tembló el pulso, o quizá sí, al ponerse frente al roble centenario.
No era necesario abatirlo. Es cierto que toda la meseta de la Casqueta está expropiada y va a ser destruida para rellenar con su tierra la nueva presa de Yesa, pero el gran roble no era una prioridad en esa labor.
Por eso lo asumo como una humillación, como un ejercicio absoluto de prepotencia y de falta de sensibilidad incluso entre quienes tienen como misión el duro deber de destruir el paisaje que ha sostenido a nuestras generaciones pasadas. Cuesta encajar esta despiadada eficacia frente al gran chaparro.
Intenté buscar al viejo roble entre los miles de troncos que habían subido desde el arrasado Soto, y entre los troncos de otros robles y carrascas jóvenes que estaban formando un gran bosque en la parte norte de la Casqueta. Tampoco estaba entre ellos. Extraño.
Nuestro chaparro era un superviviente. No hace más de 40 años toda la Casqueta era un magnífico robledal en el que quizá él no destacase. Cuenta la gente mayor que había árboles "terribles","milenarios". Pero en otro alarde de progreso los talaron a todos. Menos al nuestro. El objetivo fue sustituir el bosque por campos de cereales. No se hizo caso de la opinión de quienes advirtieron de que la tierra no era buena para la agricultura. Del desastre no quedó más que nuestro roble y el nombre del lugar El Chaparral. Cereal se plantó algún año, pero hubo de abandonarse esta práctica porque realmente la tierra se rebeló y se negó a dar lo que se le exigía.
El chaparro testigo aguantó hasta este año. Y con él, esta vez, lo perdemos todo. Porque ya no queda nada: ni roble solitario, ni topónimo, ni la tierra que lo sostenía. Todo lo devora la presa deYesa.














Publicado porMikel Belasko en 8:27  

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