Sogueros en Sigüés


Aunque no lo hacía desde hace tiempo, un buen relato procedente de Forociudad, donde se publicó el 1 de febrero de 2011.

Otros de los que se desplazaban a Sigüés a realizar su trabajo fueron los "sogueros"; éstos procedían de Galicia y también iban de pueblo en pueb
lo atendiendo las demandas.
Hoy día, si vamos de casa en casa, apenas encontraremos "sogas"; pero hace muchos años no se concebía una sola que no las considerase imprescindibles pues se empleaban para: atar los "cuevanos" cuando la vendimia, acarrear las mieses a las eras atadas bien a las caballerías
que transportaban sus fajos en los ganchos o en los carros y galeras; también para sujetar los de alfalfa o de leña...
Asimismo servían para arrastrar maderas u otros objetos y dependiendo de cual fuera a ser su uso tenían más o menos grosor o longitud; las había de cinco o seis cabos (que eran de los más gruesas) de cuatro que eran las más usuales; de dos o tres o menos que se llamaban "ramales"y eran más cortos, éstos se utilizaban para dirigir a los animales de car
ga desde el cabestro y usos menos pesados.
Aquí en Sigüés, los "sogueros" hacían su faena en la era Notario; sí, la que está a la salida del pueblo hacia Salvatierra. En una rueda especial para su labor, ataban los distintos cabos que iban a formar la soga y mientras uno giraba la rueda, otro soltaba de unas "balas" las cuerdas que se iban torciendo y formando todo el cabo, hasta que completaban la largura que se les había pedido.


Era de Notario (Facebook/Sigüés)
Los zagales, no perdíamos detalle de sus faenas y de sus dichos:

-Abre los ojos Marichu, que te viene a ver tu Dios.
-Venga Dios venga el diablo, que los ojos no los abro.

-Dale a la rueda Marichu, que sino no "mincharás".
-Si no mincho que no minche que la rueda no anda más.

Pero las sogas servían también para actividades lúdicas. Cuando no había televisores y otros muchos medios de ahora que por limitaciones económicas no podían adquirirse: revistas, libros, películas, etc, las mozas, los domingos, en la carretera entre casa del Poncho y Lachesa saltaban a la "comba" con una gran soga. Siempre había voluntarios masculinos dispuestos a dar a la cuerda ya que no querían perder la oportunidad de descubrir algo más que la pantorrilla en las ágiles mozas que saltaban a su compás.
Yo recuerdo con alegría el columpio que nos hacía volar a alturas inimaginables, a costa incluso de llevar durante largo rato la hendidura producida por la soga...

Publicado porMikel Belasko en 23:12  

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