Vendimia en Sigüés

La vendimia

Escrito por Anónimo el 6 de octubre de 2009 en Foro-Ciudad

Cuando llegan estas fechas, siento nostalgia de otras épocas en las que el pueblo vivía una de las estaciones más alegres, a pesar de que el sol declinaba rápido y la noche atrapaba más tiempo en los hogares a sus habitantes.
¡Era la época de la vendimia!
En prácticamente todas las casas tenían una o más viñas para abastecerse, no tanto de sus frutos, sino del caldo que de ellos se extraía.
Si recorriésemos las moradas de Sigüés, todavía encontraríamos en algunas de ellas, los lacos donde se pisaban las uvas y se cocía el mosto que luego "reconfortaba" a los hombres en las duras jornadas en el campo.
La cortada de las uvas o vendimia solía hacerse agrupándose varias familias ya que las tareas eran variadas y se necesitaba mucha mano de obra. Por un lado estaban los cortadores; éstos recogían las uvas en cestos o capazos que vaciaban en cuévanos; una vez llenos éstos, venía el que los transportaba con caballerías hasta el laco donde le esperaba el pisador para chafarlas con los pies; al principio descalzos y a medida que avanzaban los años y posibilidades, con botas de goma. El cuévano equivalía a una cantidad determinada de vino que se repartía luego de acuerdo al número de ellos recolectado en la viña.
Se solía comenzar temprano y se comía en el lugar donde se hallaban cortando, así que las mujeres iban bastante ajetreadas preparándolo todo a su hora y llevar la comida al lugar que el acarreador les decía.
Cuando ya se habían cortado y pisado todas las uvas, el laco comenzaba su labor de hervir el zumo para transformarlo en el vino. El tiempo de cocción dependía de la cantidad pisada y del dulzor del fruto.
El proceso consiste en transformar los azúcares: glucosa, fructosa y sacarosa en alcohol y se desprende el dióxido de carbono; por esto no se podía estar cerca del laco en ese tiempo por las intoxicaciones que se producían.
Algunas veces se sacaba el mosto(zumo sin hervir) y con él, harina y nueces se hacía el postre llamado "mostillo".
La expresión: -Sí, y un puchero mostillo-, muy utilizada aquí, hace referencia a que no le van a dar uno lo que pide.
Pero no terminaba aquí todo el trabajo. Después que el mosto dejaba de hervir y se había transformado en vino, era la hora del reparto y los hombres, botos y garrafones en mano, comenzaban a llevarlos a las cubas que ya estaban preparadas para acoger el preciado líquido; mas había que irlo probando para conocer la calidad o grado que dependía de la madurez y dulzor de la uva; así que al atardecer, los hombres tenían las lenguas bastante "zarallas" y los caminos que recorrían ya no eran tan rectos...
Un vez en la cuba volvía a hervir y se traspasaba varias veces hasta que estaba bien aposado; siempre se cambiaba en cuarto menguante para que no se transformase en vinagre.
Luego venía el prensado de las raspas y el orujo del que aun hoy, hay quien hace el licor que lleva su nombre.
Todavía hay algunas casas que mantienen sus viñas y también su recogida es motivo de fiesta y regocijo.
COMPLETO: Una carga eran dos cuévanos y cada uno solía dar cinco cántaros de vino; el cántaro eran diez litros; con lo cual la carga suponía cien l. de vino; a veces más si la uva estaba bien granada.

Publicado por----- en 20:27  

0 comentarios:

Publicar un comentario